Microrrelatos de Ana María Caillet Bois

Juan Yanes

1.-

Miedos
Escondidos en la sombra, los miedos se deshacen en el tiempo. El filo del metal inexorablemente los reflota en el espacio.

2.-

Tía Mecha

¿La nieve viaja en un pájaro?, se preguntó indignada la tía Mecha cuando una fuerte nevada se desató justo en el instante en que ella estaba en la plaza. Salió corriendo para proteger su rizada y negra cabellera( que era su orgullo ) de tan inesperado inconveniente. Más fuerte corría la tía Mecha, más los copos se ensañaban con sus rizos. A las pocas cuadras su cabeza se había convertido en un ciclón.
Insospechadamente, desde ese día  la tía Mecha no fue vista en ningún lugar del pueblo.
La tan ansiada libertad se apoderó de ella.

3.-

La trenza

Cuando sonó la campana, todos formamos una fila para entrar al aula. Llevo escondida en mi portafolios mi muñeca de goma y a la noche cuando me acuesto charlamos. Delante de mí se sienta una niña que no conozco. Se llama Etelvina y tiene una trenza tan larga y tan gruesa que llama mi atención.
Estoy aburrida, veo la trenza de Etelvina y juego que es una hamaca, una hamaca que vuela tan alto, tan alto que casi, casi me resbalo. Desde ahí veo a  mis compañeros chiquitos y yo crezco hasta tocar el techo, me convierto en un mosquito y paseo por todos los pupitres.
Una goma de borrar se rompe, no importa, total sigue borrando. Viajo en la trenza de Etelvina y el sonido de la campana me alerta.
¿Cómo, ya hay que volver a casa?
Me gusta cuando la campana me habla con su voz gruñona.

4.-

Había caminado incansablemente  y estaba siempre en el mismo lugar,sus pisadas dejaron huella,sin embargo sus zapatos estaban llenos de tierra, sus pies se hundían cada vez más.De pronto, encontró una puerta, giró la llave y quedó en medio de la nada.

5.-

Adrenalina

Adrenalina pura, su sangre deliraba, su corazón latía  y  cuando estaba por estallar de angustia ¡El paracaídas se abrió!

6.-

Eusebio

Al atardecer el ataúd se elevó  y quedó suspendido en el aire, los dolientes mudos, blancos como cadáveres. La más anciana y señora del difunto levantó su dedo índice hacia el cajón y dijo de manera cortante.
“Eusebio, ya no soportaré una sola broma más”.
Lentamente el ataúd se apoyó en el suelo sin hacer ningún ruido.

7.-

La hora

Toda las mañanas se lo veía pasear por Recoleta más precisamente por el cementerio.
Visita los panteones caté. Los mas lujosos, en algunos reza, en otros deja alguna lágrima y parte hacia la oficina donde trabaja, a pocas cuadras de allí.
Al atardecer, siempre a la misma hora se escucha chirriar la puerta del panteón número tres.

***

Ana María Caillet Bois

Maestra Normal Naconal, Profesora de Nivel Inicial. Jubilada como Supervisora de Nivel Inicial.
Sus títulos mas importantes: Madre y Abuela.Dos hijos y tres nietos.
Vive en la  ciudad de Córdoba, Argentina.
Ganadora del premio Maestra Ejemplar en 1994.
Ganadora  del concurso Municipalidad Córdoba en Poesía y en relato breve en el año 2003.
Publicó los libros Café para dos de poesía y Pequeñas historias de microrrelatos.
Miembro del taller literario de la Fundación Pro Arte con quien  publicó 20 antologías.
Participa en antologías y revistas culturales en Argentina,Chile, Perú, España.
Editora de Córdoba breve.
Autora de la página Cultura Ana María Caillet Bois.
Autora del blog Cuentos para entretenerse.