SENDERO
que el agua araña
en la marchita herida
del invierno.
en la marchita herida
del invierno.
CUENTA
ATRÁS
La
ambulancia se aproxima. Una zapatilla y un dorsal para la San Silvestre,
ensangrentados. A cincuenta metros, el cuerpo inmóvil de Andrés. Piensa en
María, su amor, cuando atraviesa corriendo la calle. Mira, como todas las
mañanas, la figura de piedra del jardín, por si se ha movido. Baja a desayunar
con el chándal puesto. Se da una ducha. Se levanta. Suena el despertador.
Recibe un whatssap de María, que rompe con él.
ROSA,
de negra y triste silueta,
esculpida por tu ausencia.
de negra y triste silueta,
esculpida por tu ausencia.
RENCOR
“Quien a hierro mata, a hierro muere”.
Esto pensaba Anselmo en el furgón que le llevaba a la cárcel de alta seguridad.
Sentía el pecho quemándole, por el fuego del odio visceral que sentía por su
víctima. Decidió pedir al guarda una botella de agua, pero la bebió con asco.
“¡Cómo echo de menos un buen trago de vodka ruso!” Sabía que, en la cárcel,
todo iba a cambiar; todo, salvo su sed de venganza…
CABALLERO decapitado
que recorre pedestales,
que alza su oculta hidalguía,
que recorre pedestales,
que alza su oculta hidalguía,
envuelto en frondosa quietud.
MALEZA
arañando el muro
de la desolación.
arañando el muro
de la desolación.
LUNA
nueva
que la luz delata
entre sombrías y solitarias ramas.
que la luz delata
entre sombrías y solitarias ramas.
***
María José Viz
Blanco
Soy una escritora tardía, nacida en Galicia
(España), a la que entusiasma la literatura breve. Tanto es así que he escrito
dos libros del género, en dos años consecutivos: Creaciones mínimas (Ojos Verdes Ediciones, 2016) e Instantes hallados (Ojos Verdes
Ediciones, 2017) e incluso me he atrevido a hacer labores de conferenciante en
mi tierra. A finales de 2018 verá la luz mi primer poemario: Los abrazos líquidos.