MANUEL SERRANO: «EL ÁNGEL EXTERMINADOR»




LOS FEOS
¿Por qué todos los malos son tan feos?
¿Acaso lo malos no pueden ser guapos?
¿Por qué se tienen que morir los feos?
Estas y otras preguntas similares me las formulo cada mañana frente al espejo.


DETONACIÓN CF

Se escuchó una detonación terrible. Al mirar a través de la densa capa de contaminación vi que se dividía en dos partes. Una parte caía y asfixiaba a los que había abajo y otra se diluía llevada por un viento feroz. Centenares de seres vivíos emergieron de la nada en aquel aire limpio y fresco.
Durante años se dedicaron a limpiar el lodazal en el que se había convertido la otra mitad. Bajo toneladas de suciedad encontraron unos seres desconocidos capaces de vivir sin luz y sin aire limpio.
Han pasado muchos años. Ya casi no se ve el cielo. Los seres desconocidos se han hecho con el poder y han emponzoñado el aire. Nosotros solo podemos sobrevivir con máscaras.
Hoy se ha escuchado una detonación terrible.


UN RATITO MÁS

Esta mañana me ha pasado un hecho curioso. Desde hace unos días siento hormigueo en mi pie derecho cuando estoy acostado y a veces se me duerme. Cuando ha sonado el despertador y he notado mi pie dormido; me ha dado lástima despertarlo. Ya tenía tomada la decisión: lo dejaría dormir. Temía despertarlo cuando intentara incorporarme. Creí que se vendría, como hace siempre, con el resto de mi cuerpo, pero no. Ante mi sorpresa me levanté y el pie seguía, allí, dormidito.
     A la pata coja fui al aseo. Cuando terminé de ducharme y asearme volví a la habitación para despertarlo y vestirme. Comenzaba a desperezarse cruzado en la cama. Me acosté y dócil como un perrito volvió a colocarse en su sitio.


EL ÁNGEL EXTERMINADOR

Se consideraba un ángel exterminador. Había asumido el papel de matar ancianos. Durante años acabó con la vida de cientos de personas de edad avanzada. Siempre de modo silencioso. Nadie sospechaba de él. Hasta que un día, al pasar frente a un escaparate, vio su rostro reflejado.


LA MIRADA

Le sostuve la mirada hasta que se hizo de noche; después desaparecí. 


*
Mi nombre es Manuel Serrano.
Vivo en Valencia (España)
Soy maestro desde 1979 y jubilado. Me gusta la escritura desde siempre y escribo como afición desde hace cinco años.
He publicado dos cuentos para niños en la editorial WeebleBooks y en diversas publicaciones de ámbito nacional e internacional.