"Maleza viva" : microrrelatos de Gemma Pellicer

Foto: Gemma Pellicer

Entre sábanas, 1

Mi casa tiene una habitación

y otra en la que ronca feroz el niño muerto.


«Umbral», de Agustín Martínez Valderrama



Dos enfermeros forzudos entraron a hurtadillas en la sala. No querían despertar al viejo, que en esos instantes lloraba en sueños desconsolado. Venían como cada tarde a cambiarle los pañales. El anciano invocaba a su madre entre hipidos, desdenes y pataletas varias, consumido entre sábanas bajo el ahogo de una pena enorme. A los presentes nos maravillaba su poderosa capacidad pulmonar.

—En todo viejo que llora hay un niño que ronca, dijo alguien de pronto, como queriendo romper el hielo.

Los demás asintieron concienzudos. Pero ninguno lograba acallar la creciente irritación que había empezado a invadirnos y se abría paso rencorosa, como ese futuro de témpano que nos aguardaba imperturbable.


Entre sábanas, 2


Yo estaba abrazado a su pecho cálido cuando dos enfermeros han irrumpido de forma violenta en la sala. Mamá me acunaba e intentaba calmarme, aunque mi desconsuelo era tan grande que no parecían bastarme todos los arrumacos de la tierra. Cuando han venido esos hombres y me han arrancado de sus brazos, me he sentido morir. Al parecer de nada ha servido que me desgañitara y revolviera contra ellos. «En todo viejo que llora hay un niño que ronca», he oído a no sé quién pronunciar desde no sé dónde. Yo no pienso roncar nunca, me he dicho por toda respuesta antes de quedarme profundamente dormido. Mamá seguía a mi lado.



La verruga



Tenía en la cabeza una especie de verruga salvaje que no podía evitar rascarse con frenesí. Cada vez que lo hacía la excrecencia crecía como un junco silvestre, aunque su textura no fuera verde ni suave sino, por el contrario, rojiza y rugosa, semejante a una lija. Temía que le empezaran a nacer hijas y hojas por todas partes, así que sin sentarse a esperar en qué quedaba la cosa, se plantó audaz frente al espejo y comenzó a tirar fuerte de sí como si fuera un cable de fibra óptica. Para su sorpresa, el junco resultó raíz milagrosa. En cuanto la hubo arrancado por completo, un océano de desasosiego la colmó por dentro. Nadie quiso asomarse en todo el día por el agujero.


Negra, roja y pálida


Esta vez me han roto la nariz, de modo que voy por ahí buscando que los demás se compadezcan, me abracen, se sorprendan. Con la nariz aplastada como si fuera la de un negro blanco. Sin derramar por las esquinas demasiada sangre. Sin expresar tampoco excesiva rabia. Parezco un perro humano mendigando cariño, con mi pobre nariz rota y chafada de payaso. Tan negra, roja y pálida. Tan sumamente destrozada. Desfigurando pasos y tentativas hasta el sonrojo.


Ocaso del acaso


El caballito blanco giró indolente ayer, hoy da muestras de atrevimiento al cabalgar; quizá mañana trote confiado unas cien veces. A quien lo contemple, le podría parecer que actúa de buena fe, que a nadie hiere; pero con sus vueltas y revueltas podría agotar al más pintiparado. Nadie soporta la infamia sostenida de un vértigo incauto. ¿Cuántas vueltas creen que precisa aún para llegar a trazar, en su carrera, el arco tenso de la flecha?


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Gemma Pellicer (Barcelona, 1972) es licenciada en Filología Hispánica y Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. En la actualidad vive entre Barcelona y Berlín. Ha cultivado la crítica literaria en el diario Avui y en las revistas Turia, Quimera y Olivar (de la Plata, Argentina). Sus microrrelatos han aparecido en varias publicaciones, así como en revistas electrónicas y bitácoras. Algunas de sus piezas se hallan recogidas en Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de los locos (Cuadernos del Vigía, Granada, 2010), Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español (Menoscuarto, 2012) y La música de las sirenas (Toluca, Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal, 2013). También figuran sus textos en la recopilación Aforistas españoles vivos (2015), de José Luis Herrera. Ha publicado, en colaboración con Fernando Valls, la antología Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto, 2010) y tiene en su haber un libro de microrrelatos, La Danza de las horas (Eclipsados, 2012). Estas piezas forman parte de su nuevo libro, Maleza viva (Jekyll and Jill), de próxima aparición.