Jacek Yerka
Sueños cumplidos
Las palabras que aprende antes de dormir,
con los primeros rayos de luz aparecen escritas en el vaho de la ventana. Con
ayuda de papá y mamá las lee en voz alta antes de ir a desayunar, y de camino a
la cocina, se encuentran con un erizo, al girar por el pasillo las alas de una
libélula le acarician la mejilla y sentado en su hamaquita le sonríe una cría
de tiranosaurus. Días anteriores fueron chimenea, elefante, dragón, caballito
de mar. Esta mañana apareció escrita la palabra abuela y después de leerla, sorteando
lágrimas, la magia hizo el resto.
Rueda de reconocimiento
Era una sala fría, yerma en adornos, virgen
de colores. Unos agentes de policía nos habían conducido hasta ella a horas
intempestivas y nos fueron colocando sobre una tarima junto a otras parejas de
supuestos padres. A Ángela y a mí nos tocó detrás de un cartel con el número 4.
De repente, se iluminó un foco que inició el recorrido. Cuando se posó en
nuestros cuerpos temblorosos, nos agarramos las manos con fuerza, esperando que
no pasara de largo, susurrando que éramos nosotros, que nada de castigos ya,
que chuches las que quisiera.
Las cuatro estaciones
Lucas se encuentra en la primera planta de
la Biblioteca Municipal, sección Narrativa, en el pasillo de la “C” de
Cervantes, Cortázar… cuando enfrente, en el pasillo de la “D” de Dickens,
Dostoioevski… ve una cara de mujer que le resulta conocida. Frunce el cejo, se
rasca la barbilla, no recuerda quién es, la bufanda y el gorro de lana que
lleva no le facilitan la tarea, pero está seguro de que han coincidido antes.
De repente las estanterías cambian de coloración, del clásico marrón nogal, al
rojo, naranja y ocre en diferentes tonalidades, y la superficie de las mismas
comienzan a resquebrajarse por el peso de la melancolía. Lucas sigue pensando
en esa cara, tan tan agradable que no es consciente del remolino de viento que
arranca hojas de los libros y caen al suelo formando un manto otoñal. Esa cara…
Tan centrado está que tampoco siente el calor soporífero que se instala ahora
en la sala, a los usuarios les queman las tapas de los ejemplares y no pueden
más que soltarlos. Esta situación no dura mucho, lo justo para que Lucas viaje
en el tiempo retrocediendo unos años, de estación en estación. La temperatura
es suave, huele a flores, se oyen cantar pajarillos y él camina de la mano de
una niña. Le acaba de dar un beso en su inocente mejilla.
Carencias
Un tipo que vive solo llega a casa, abre la
puerta, la cierra tras de sí, se introduce en el pasillo y sale a recibirle un
gato que no tiene. Ante la sorpresa inicial permanece quieto hasta que ese
mismo gato se frota contra sus piernas. Le prepara entonces un plato de leche
con galletas pero éste insiste en conducirle primero a la habitación de los
hijos que no tiene para que les arrope y dé dos besos de buenas noches y
después hasta la cama donde duerme la mujer que tampoco tiene. Confuso se pone
el pijama, se lava los dientes y se tumba a su lado para descansar del duro día
de trabajo que no tiene. Y piensa en mañana, en el futuro.
Rompecabezas
De Sara me he quedado sus ojos verdes, de
Noelia sus labios carnosos, de Alicia su cabello negro azabache, de Cristina
sus largas piernas, de Patricia su generoso corazón y así he ido recomponiendo
a la mujer de mis sueños. Ahora con las manos manchadas de sangre me pregunto
qué hacer con todas las piezas que sobran.
David Moreno Sanz (Zaragoza)
Conocido en la blogosfera como No Comments
o el indio. Empezó en el género de los microrrelatos por mediación de algún
hechicero, sólo así se explica que un hombre en origen de ciencias se vea
atrapado en el mundo de las letras.
Desde febrero de 2012 administra el blog
microSeñales de humo (http://microseñalesdehumo.blogspot.com)
Representa la continuación de uno anterior
que se abrió en el 2009 (http://nocomentsno.blogspot.com)
En
estos años ha conseguido alguna distinción y ha publicado en algunos libros
recopilatorios (Antología Triple C, De antología: la logia del
microrrelato…) y revistas tanto impresas
como digitales dedicadas a lo breve.
En
2014 autopublicó (Bubok) su primer libro de microrrelatos: microSeñales de
Humo.