Christine Von Diepenbroek |
DESAMORES
Cualquier
día explotará y cortará con esta mierda de vida. Ya no soporta más babas por la
cara, no quiere seguir haciéndolo sin preservativo y cada vez odia más ese olor
nauseabundo a sudor, orines y perfume barato.
Tumbada
en la cama, recibe las embestidas deseando terminar cuanto antes. En eso él
también está de acuerdo, así que en dos minutos todo ha acabado. Tras
derramarse sobre ella le dice con desprecio: «Puedes largarte, he tenido
suficiente». Deseosa de perderle de vista cuanto antes se malviste corriendo,
pero antes de salir se vuelve y dice: «En diez minutos cenamos».
EL
ALMENDRO DEL CEMENTERIO
Abril-1945:
la hambruna no hace distinciones.
El
mercancías viaja atestado de críos que buscan por los pueblos algo con lo que
engañar al hambre. Atiborrados de necesidad saltan antes de que el tren pare,
pero uno de ellos falla y pierde sus piernas en la vía. Lleva una almendra en
el bolsillo y la muerte escrita en su cara. Una mujer le acoge mientras
aguardan al médico del pueblo vecino. Minutos después ya nada importa. Un
sermón, tierra y un agujero acaban con sus trece años. Ni tan siquiera sabían
su nombre.
Marzo-2009:
una vez más el almendro florece.
GUIÑOS
MACABROS
Ajeno
al exterior, acurrucado con una manta vieja, procura conciliar el sueño en tres
metros cuadrados, suficientes para no dormir al raso. Allí solo le molesta
algún trasnochador necesitado de más dinero; por eso no se sorprende cuando
unos chicos le piden que abra.
Al
correr el pestillo se abalanzan sobre él y le llueven los golpes e insultos.
Enseguida descubre los guiños macabros de la vida. Su sueño infantil de ser
bombero se cruza con el de su padre, deseoso de que trabajara con él en la
gasolinera, cuando aquel líquido le empapa y la cerilla se enciende.
MIMO
Cuando
Bob Esponja termina su espectáculo, Daniela aplaude emocionada. Es entonces
cuando el mimo aprovecha las súplicas de los niños para vender a sus mamás un
globo con la forma del muñeco. La niña se acerca hasta él y cuando Bob ve su
rostro ilusionado le regala uno. Daniela se marcha feliz acompañada de su madre
que, acuciada por la situación económica que vive la familia, agradece en
silencio el detalle. En la plaza Manuel se cambia de ropa a toda prisa para
llegar cuanto antes a casa. Sabe que al menos hoy, sí encontrará allí algo de
felicidad.
***
Miguel Ángel Molina
Nació en Madrid, aunque
actualmente reside en Leganés. Se licenció en Química y se dedica a la
enseñanza. Los números, las fórmulas y las reacciones químicas son las que le
dan de comer, pero hace unos años descubrió su afición por la escritura y los
microrrelatos, y desde entonces no ha parado. Además de su blog “En 99palabras”, algunos de sus textos han
aparecido publicados en revistas literarias, y otros en antologías colectivas,
la última de ellas “De antología (la logia del microrrelato)” publicada por la
editorial Talentura. En mayo de 2016 ha publicado con la editorial Baile del
Sol su primer libro, titulado: 99x99
(microrrelatos a medida).