Monólogo
Tengo miedo. No de tu mano pesada y tu
aliento a alcohol. No a que en las noches me tomes por la espalda y me lleves,
sin mi consentimiento, a un lugar que no conozco. No le temo a tus gritos, ni a
tu barba descuidada, ni a ese olor que me distancia cada vez más de ti. Tengo
miedo a estallar y a que la ira un día me arrastre hacia tu miseria.
Propiedad privada
La observa en silencio. Es su posesión más
valiosa, su mujer, su único tesoro. Por eso, pocos pueden verla y solamente si
él lo permite. La contempla. Refulge su belleza en la oscuridad de la
habitación, el impalpable respiro, la suavidad espléndida de las líneas de su
silueta en la cama. En silencio abre el cajón del velador y en ese mismo
silencio, con mano firme, aprieta el gatillo.
Pactos
Uno, sentado en el asiento n° 25 del bus
con destino a Talca, espera que ella llegue, según lo acordado. El otro,
sentado en el patio de su casa, descansa después de enterrarla. No podía permitir que ella se fuera con su
amante.
Paladar real
La princesa aguardaba con ansias la llegada
de un nuevo príncipe al castillo. No para ser salvada sino para degustar, una
vez más, su plato favorito: carne azul.
(Del
libro Golpes sobre la mesa (Ediciones
Sherezade, 2017).
Textos
inéditos
Cuento de infancia
A caperucita no le asustaba del lobo su
aspecto físico, su pelaje despeinado, su pinta de canino de pobla, ni sus
cicatrices de las que algunas veces se vanagloriaba. Le asustaba en realidad su
capacidad de verborrea, de persuasión, su oralidad tan elocuente, con la que
engañaba a todos en el bosque y era proclamado como un líder. Le causaba terror su capacidad de pasar desapercibido a través de la
palabra y comerse de vez en cuando abuelitas y caperuzas inocentes como ella,
eso la intimidaba, le ponía los pelos de punta y hasta, podría asegurarse, le
atraía un poquito.
Efectos de
postguerra
Tengo miedo de despertar y encontrarme
nuevamente en este planeta inerte y lejano. Tengo miedo de no hallar tu voz en
estos fríos parajes e ir muriendo poco a poco. Miedo a que no vuelvan aquellos
que prometieron volver y rescatarme, a que los días avancen y la soledad nos
golpee tan fuerte que sea imposible mirarnos cara a cara. Tengo miedo. Aquí en
la Tierra el azul del cielo lentamente va perdiendo su magia tan especial.
Paciencia
serial
Disponemos de tiempo para todo, me dijo con
total serenidad. Admiraba su forma de enfrentar las situaciones, por muy
dificultosas que parecieran, siempre con una absoluta parsimonia y calma, que rozaba
muy de cerca la frialdad. Y tenía razón. Alcanzamos a descuartizar el cuerpo
del niño, tomarnos un café y ver nuestro programa favorito de los viernes.
Coleccionista
Cenicienta guarda como trofeo los zapatitos
de cristal. Y la cabeza del príncipe, también.
*
Camilo
Montecinos Guerra (Arica –
Chile, 1987). Profesor de Castellano. Ha publicado un libro de microficción,
“Golpes sobre la mesa” (Ediciones Sherezade, 2017). Además sus textos han sido
difundidos tanto en medios impresos como digitales: “Antología de escritores
del norte” (Sech, 2012), “Borrando fronteras”, (Ergo sum, 2014), “Lluvia de
micros”, (Colectivo Córdoba Breve, 2017), revista “La Taberna de Innsmouth”
(Cathartes Ediciones, 2017), sitio web “Letras de Chile”, “Cuentos para el andén”,
revista “Brevilla” y la antología de microcuento policial “Dispara usted o
disparo yo”, de Lilian Elphick et al. Obtuvo 2° lugar en el concurso de microrrelatos
“Arica en 101 palabras” los años 2012, 2013, 2014 y 1° lugar el año 2018; 1°
lugar en el concurso “Déjalo ahora” el año 2015; y 3° lugar regional en el
concurso “Historias secretas de nuestra tierra”, el año 2016. El año 2017 obtiene
Beca a la creación literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.