RICARDO BUGARÍN: «DESARMADERO»

 

Francisco Luis Goldar

 

EL VIAJE

 

Rumiaba la rústica oración mientras a puro pilón despanzurraba maíz en el vertical mortero. Le habían dicho que el Tata, aún después de muerto, la cuidaba.

Cuando llegó la indiada, no se salvaron ni los cinco adobes del rancho ni los chivos que en el corral dormitaban.

Y Amancia amaneció transportada.

 

 

UN PORVENIR

 

Beatriz se inclinó sobre la lápida de Anselmo y volvió a sentir aquel dolor en el vértice central del bajo vientre pero ya sin la intensidad de la sorpresa y la desesperación de la primera vez mientras él le tomaba de los puños e intentaba calmarla repitiéndole, quedamente: ¡cielo, cielo!

Repasó lentamente las lacónicas palabras que reconocieron las yemas de sus dedos y elevó la vista. En la distancia que da el recuerdo volvió a ver la huerta de frondosos nogales y la galera detenida a la vera de una antigua higuera. Revivió la apaciguada felicidad que se avenía pero eso no alcanzó para eludir el recuerdo de la sordidez del sonido, del último estertor de un cuerpo que se derrumba y la sangre joven que tiñó aquella espalda cuando el arma, de un padre señero, puso punto final a un porvenir de desaciertos.

No hubo estrepitoso llanto. No se gastaron preguntas ni reproches.

Cuando en la alta noche el padre abrió la puerta del recinto, una segura y calma voz emitió sonido:

—«Las hijas obedientes están hechas para mejores destinos».

 

 

EJERCICIO DE COMPRENSIÓN LECTORA

 

La muchacha lee las indicaciones y mira a la abuela. Lee las contraindicaciones y vuelva a mirar a la abuela. Se dice para sí: con todo esto la mato a esa pobre vieja. Camina hacia el fondo y tira todo por el retrete.

 

 

DESARMADERO

 

La niña se metió en la bañera. Las burbujas de jabón creaban un escenario destellante sobre el agua. Tomó la esponja y se entretuvo un largo momento observándola despaciosamente y luego la hundió en las aguas transparentes.

Sacó una pierna y la dobló suavemente. Desprendió el pie con lentitud y cada dedo fue retirado con un cuidado ritual de no iniciado. Hizo lo mismo con la otra pierna y se entretuvo, largamente, con la incipiente callosidad que advirtió en el talón izquierdo.

Retiró un pecho que, al igual que hiciera con la esponja, sumergió con alta tenuidad en las aguas. El otro quedó suspendido en la superficie.

Prosiguió con su cabellera que despojó con maestría de su cabeza y quedó como un alga flotante a lo largo de la bañera.

Desprendió la boca con una presteza apabullante y retiró la dentadura que se desarticuló danzarinamente. Continuó con sus ojos, uno a cada tiempo, retirando glóbulo, párpados, pestañas y desprendió las cejas. Quitar la nariz fue un solo movimiento. Las orejas, de izquierda a derecha, se hundieron en las aguas.

Arrancó su cabeza ya sin rostro y avanzó meticulosamente.

Ya desprendido el brazo izquierdo, fue plegado. Separó del mismo la correspondiente mano y desarticuló ritualmente cada dedo.

Renovó la operación con su brazo derecho ayudándose con el borde de la grifería.

Y sumergió plácidamente el torso ya seccionado de su zona pélvica.

Se estuvo meciendo como en una gran pecera.

De repente el hombro derecho desplazó el tapón de la bañera.

La niña fue toda escurridiza.

 

 

RESABIOS DE LECTURAS

 

Habíamos leído en Vosotras todos los prodigios del amor. Parece que lo que da mejores resultados es el uso de filtros. Mis primas se inclinaron por hacer pruebas y, desde entonces, andan machacando todo cuanto encuentran o se les ocurre a fin de lograr la combinación exacta. Mi hermana, mucho más realista, anda todavía besando sapos.

A mi edad sólo espero que los príncipes vengan en cualquier color pero, eso sí, que traigan lo necesario.

 

***

 

Ricardo Bugarín.(General Alvear, Mendoza, Argentina, 1962). Escritor, investigador, promotor cultural. Publicó: “Bagaje” (poesía, 1981) y “Textos hallados en una roca” (Micropoesía, 2020).  En el género de la Microficción ha publicado: “Bonsai en compota” (Macedonia, Buenos Aires, 2014),“Inés se turba sola”  (Macedonia,  Buenos Aires,2015),  “Benignas Insanías” (Sherezade, Santiago de Chile, 2016) ,“Ficcionario” (La tinta del silencio, México, 2017) y “Anecdotario” ( Quarks, Lima, Perú, 2020).

Textos de su libro “Bonsai en compota” fueron traducidos al francés y publicados por la Universidad de Poitier, Francia.

 

Ilustración: Arte Digital del artista Francisco Luis Goldar.