TÁCTICA
PARA SALVAR UNA BALLENA
Si se encuentra con una ballena
triste, acérquesele con confianza, cuéntele una linda historia al oído y
acaríciele el lomo. Si ve que comienza a los coletazos, quédese tranquilo,
usted ha salvado una ballena y eso es una obra de bien.
La tristeza de una ballena es una
tristeza inmensa.
HUELLAS
EN LA BARRANCA
En la barranca han quedado las
huellas. Esas huellas son de una estentórea evidencia. Da vergüenza el sólo
verlas. Ellas también lo saben y van como retorciéndose, como queriéndose
ocultar, como intentando decir aquí no ha pasado nada. En su ignorancia, las
huellas, no saben que la barranca es muda. Yo tampoco diré nada. Que los demás
opinen lo que quieran. Ya sabemos cómo son los pueblos, siempre se está en la
búsqueda de que algo suceda.
VIOLENCIA
DE GÉNERO
Después de diversas confrontaciones,
nos pusimos de acuerdo. Hicimos nuestra versión libre del “Entremés del mancebo
que casó con mujer brava”. Cuando cayó el telón, la crítica nos enrostró un
proceso por violentar al género.
ADVERTENCIA
Jonás le andaba con ganas a la
ballena y su mamá le decía: mirá Jonasito, esos bichos son muy traicioneros.
Mucho gorgoritos por la cabeza, mucho vaivén con las olas, pero en cuanto más,
zas, te dan un bocanazo. Y no agregó nada más porque, en cuanto se dio vuelta,
Jonás ya no estaba.
CONSEJO
PROFESIONAL
En el intersticio del oxo y el
moxo hay una especie de elemento gelatinoso que si usted lo toma con cuidado y
la extiende sobre una pantalla verá, con toda seguridad, la razón que ha dado
origen a esa situación apremiante en que se encuentra. Observará que de un lado
presenta como unas boquitas de calamares asustados pero si presta la debida
atención podrá comprobar, como dice mi jefa, que es la viva presencia de
nuestra santa patrona. Usted puede deducir lo que considere necesario explicar
pero, por experiencia pública y privada, le sugiero que no se aparte de ese
pequeño intersticio y cuando se le
consulte no deje de repetir que toda solución está en la buena avenencia del
oxo y del moxo. Del elemento gelatinoso ni se recuerde, ni lo mencione. Lo van
a volver loco a preguntas y eso puede complicarle mucho las cosas.
SEMIÓTICA
DEL ENGAÑO
Insistente, bajaste el párpado
izquierdo cuatro veces, te tocaste, me
hiciste cuquicuqui con los dedos y, obediente, marché hacia el fondo. Sacaste
el arma y me despojaste de todo mi dinero. He avisado a la policía. Todavía
espero.
LÁMPARA
Vi que el termómetro subía y que
una especie de humito comenzó a salirle por detrás de la cabeza. Le ofrecí agua
y me hizo señas que no. Le ofrecí ventilar la habitación y me hizo igual seña.
Le sugerí llamar a alguien y dijo no. Cuando comenzó a reverdecer de
transpiración volví a insistir con la necesidad de solicitar auxilio y se negó.
Finalmente la desenchufé y la dejé ahí, aferrada a sus decisiones.
***
RICARDO ALBERTO BUGARÍN.(General Alvear, Mendoza,
Argentina, 1962). Escritor,
investigador, promotor cultural.
Publicó “Bagaje”(poesía,1981). En
microficciones ha publicado: “Bonsai en compota”(Macedonia, Buenos Aires,
2014), “Inés se turba sola”, (Macedonia, Buenos Aires, 2015) y “Benignas insanías”
(Sherezade, Santiago de Chile, 2016).
Diversas publicaciones periódicas
y revistas especializadas han publicado trabajos suyos tanto en Argentina como
en Ecuador, España, Italia, USA, Venezuela, Chile, México, Colombia y Uruguay.
Textos de su libro “Bonsai en
compota” han sido traducidos al francés y publicados por la Universidad de
Poitiers (Francia).