PATRICIA DAGATTI: «FIESTA SAGRADA»

 

 

ALAS

 

Debemos amputárselas a tiempo, de lo contrario comenzarán a notársele. Dos cortes serán suficientes, uno a cada lado de la espada de la niña; no sentirá dolor, aseguró. La madre, hundiendo los dedos en sus propias cicatrices, asintió.

 

(Texto publicado en la FanPage Basta Contra la violencia de género)

 

DESCUBRIRSE

  

El vestido se desliza y deja al desnudo los senos y el abdomen. Al llegar al pubis, ella lo sujeta con un movimiento apenas perceptible. Sus contornos insinúan la belleza femenina; despiertan el deseo. Pero la diosa de Milo no repara en la mirada ardiente de los mortales. Su atención se concentra en la manzana que le dio el príncipe troyano. Como si tuviera el brazo extendido, la imagina apoyada en su mano izquierda. No hay nada que Venus anhele más que la soledad de una alcoba, para deleitarse con el néctar de su fruto.

 

(Texto inédito)

 

EN DEFENSA PROPIA

 

En medio de la feroz discusión, el niño quitó por un momento la atención a sus padres y volvió la mirada hacia la pintura que colgaba de la pared. Cupido permanecía dormido. La situación, cada vez más tensa, lo conminó a tomar cartas en el asunto. Corrió hasta su cuarto, sacó de entre sus juguetes un arco y dos flechas y ganando una posición estratégica, les disparó.

 

(Texto publicado en A puerta cerrada, Antología de microficción de autor (2020). Quarks Ediciones Digitales)

 

FIESTA SAGRADA

 

En las placas recordatorias adheridas a los mármoles, encontraron los nombres que necesitaban. Eligieron sólo aquellos cuyas fotos eran visibles y se los repartieron.  Cada uno tomó la forma de los pensamientos de esos rostros. Asumieron también sus voces y todos los recuerdos y así, marcharon en silencio hasta el pueblo.

Al llegar, una vez más, los esperaban con las casas adornadas de flores coloridas y las mesas repletas de comidas y bebidas. El aire perfumado presagiaba el comienzo de la celebración.

Desde tiempos ancestrales y convocados por el mismo ritual, los seres del espacio descienden con el único propósito de saborear los manjares terrestres y compartir el pan de los muertos.

 

(Texto inédito)

 

PRESUNCIONES

 

La Urraca fue acusada de robo a mano armada. El Hornero la acusó y, como era un respetado padre de familia, nadie se atrevió a dudar de su palabra. No hizo falta investigar el caso. La fama de sus ancestros y la reputación del denunciante fueron prueba suficiente para condenarla. El Búho, único testigo de lo sucedido, luego de una larga noche de dudas y reflexiones, decidió declarar.

—No es necesario, estimado —lo detuvo el oficial apenas comenzó a hablar—. La culpable ya fue ejecutada.

 

(Texto inédito)

 

TRAVESURA

 

Todas las tardes camina hasta el lago. Exhausto se sienta en la orilla y permanece con la vista clavada en el agua. Aún tiene la esperanza de que su padre aparezca con vida. El día del naufragio, a él lo rescataron unos pescadores y al bote lo encontraron más tarde, dado vuelta. Eso se lo contaron, porque no recuerda casi nada de lo ocurrido;  salvo el momento previo en el que, mientras pescaban, amarró las piedras a los pies de su padre.

(Texto inédito)

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Patricia Dagatti nació en la provincia de Buenos Aires, Argentina, en el año 1970. Reside en la ciudad de Villa María, Córdoba. Es Contadora Pública, Licenciada en Administración, Magister en Escritura Creativa en Español por la Universidad de Salamanca (España).  Escritora de narrativa, los cuentos y microficciones de su autoría han sido publicados en Argentina, Chile y México tanto en antologías como en revistas literarias, radios y sitios web especializados en el género.

Actualmente, conduce el programa «La Minificción en la Voz de sus Autoras y Autores», un ciclo semanal emitido por Facebook Live, en el que participan escritoras y escritores de múltiples nacionalidades.