PIERO DE VICARI:«LA LECTURA COMO TRAMPA»

 

SANTIDAD EN CUOTAS

Contó las moneditas que tenía en su monedero y sumó siete. Antes de dejarlas en la mano del mendigo, un impulso la retuvo. Volvió a depositar seis monedas en el monedero y dejó solo una para la limosna. «Es mejor dosificar la benevolencia, que ser solidario una sola vez», se dijo. Satisfecha con su buena acción, caminó feliz hacia su casa, sin sospechar que, a la vuelta de la esquina, un insensible ladrón le impediría cumplir con su dádiva diaria.

 

COMPROBACIONES EMPÍRICAS

—Este reloj no mide el tiempo, informa las horas que le quedan de vida… —aseguró el vendedor.

El cliente se lo probó en su muñeca izquierda y observó como la pantalla digital indicada «incalculable… bip … incalculable».

El comerciante no encontró explicación alguna a este extraño registro, solo atinó a expresar, entre disculpas, «nunca pasó algo similar, siempre funcionó bien...».

Al salir de la relojería, Dios suspiró tranquilo. Por fin pudo comprobar que su eternidad no era solamente un mito.

 

LA LECTURA COMO TRAMPA

Embalsamo cualquier tipo de cosas. Animales y personas, peluches y muñecas inflables, árboles y lombrices, almohadones y sueños, libros y pensamientos, teléfonos inalámbricos y colchones sin cotín. Embalsamo todo: insectos terrestres y estuches de terciopelo, cajas de cartón y paredes inflamables, pelotas de goma y armas de fuego, relojes pulseras y dientes olvidados. Nadie se resiste al encanto de mi oficio. De excelencia es mi trabajo y por la calidad me conocen. Soy el embalsamador más prestigioso del mundo y hoy traspasaré los límites de lo inefable: embalsamaré tus ojos, apenas dejes de leer este texto.

 

EFECTO BRADBURY

Un poderoso virus informático destrozó los servidores de todo el planeta y el mundo entero se quedó sin internet. La gente de los cinco continentes abandonó sus viviendas para indagar a los vecinos sobre lo sucedido. Grato fue el encuentro con personas no vistas en años, familiares, compañeros y amigos que el tiempo solo había arrinconado en fotografías sepias y olvidadas. Nunca supieron lo que pasó. La era de las cavernas, había terminado.

 

MODELO PARA ARMAR

Nadie supone lo que todos suponen, aunque por suponer, suponemos lo supuesto. Eso creyó Anselmo Benavidez quien supuso que ese paquete con la leyenda «Bomba» no era un artefacto explosivo sino una broma de mal gusto. Todavía están juntando sus pedacitos.

 

APOCALIPSE NOW

En realidad, a Dios, le demandó solo un día crear el universo. Los otros cinco fueron para remendar errores imprevistos en la materia de lo visible y no visible. Al séptimo día quiso descansar y se durmió con la idea de renovar su obra deshaciendo y rehaciendo todo lo creado de un modo, digamos, más perfecto. Acaba de despertar.

 

NUEVAS ESTRATEGIAS DE MARKETING

Ella viene caminando con su sensual vestido negro. Luce las curvas que su cintura modela con gracia sin igual. Ella sonríe tenuemente con un toque de poesía, también de seducción. Sus cabellos son dóciles y vibran mecidos por el viento. Sus labios, turgentes, voluptuosos, dispuestos a todo. Sus tersos brazos extendidos invitan al encuentro, y su guadaña, hábilmente escondida en los pliegues de su enagua…

 

INSTRUCCIONES PARA CONSERVAR LOS RECUERDOS EN ESCABECHE

 1/ Seleccionar los recuerdos teniendo en cuenta su frescura y real incidencia en nuestra vida. 2/ Apilarlos de menor a mayor, en un orden que contemple día, mes y año. 3/ Con una espátula de cerdas finas, quitar el polvo de los mismos, asegurándonos que ninguna mota de tiempo supure por sus costados. 4/ Dentro de un recipiente de vidrio transparente -sazonado con aceite, vinagre, cebolla y zanahorias fileteadas-, colocar los recuerdos, no sin antes certificar un ingreso de motu propio, sin presiones o amenazas, es decir: libres de todo remordimiento. 5/ Espolvorear el contenido con alguna lágrima, pestaña u hoja disecada extraída de un libro de autor reconocido. 6/ Cerrar el recipiente de vidrio con una tapa metálica, a rosca. Nada de corchos, cauchos, goma Eva o cualquier otro material. Es indispensable que la tapa sea metálica y a rosca. 7/ Agítese débilmente hasta observar que los recuerdos se acomodan solos como las canicas en los bolsillos. 8/ Dejar el recipiente en un armario, estante o repisa, lejos del calor y la humedad, a temperatura ambiente. 9/ El tiempo de sazonamiento dependerá de la ansiedad, pesadumbre, urgencia, soledad o expectativas del interesado. 10/ Antes de abrir, reiterar el agite por unos cinco segundos y destapado que fuere, consumir a gusto.

 

EL FANTASMA DE VELÁZQUEZ MERODEA EN LA CASA

 Apareció por primera vez un viernes 13. Nunca di crédito a lo que veía, es más, pensé que se trataba de una entelequia. Mis lentes ya viejos, necesitaban de cristales nuevos. Lo cierto –no tardé en comprobarlo- es que flotaba en el living con su paleta de pintor y aquellos bigotes tan particulares. Me dijo sin preámbulos: «Soy Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, mucho gusto…». Retribuí su saludo y le di la bienvenida. Desde entonces somos inseparables. Él sostiene que el fantasma soy yo y que mis apariciones son remedos del destino. No lo refuté, porque yo sé la verdad. Por eso, de cuando en cuando, recorro su atelier perdiéndome entre los cuadros, apreciando su genialidad pictórica, siendo uno de sus modelos más conspicuos. Me ha preguntado cuándo volveré al éter, cuando me mudaré a la dimensión abstracta de los muertos sin vida. Y aunque le repito hasta el cansancio que el muerto es él, se ríe de mi ocurrencia como de mis modales, mi ropa, mi español enrevesado y esta manía de flotar, cada viernes 13, entre las tumbas.

 

LEGIS

 En este país no existen las fotografías, las filmaciones, los retratos artísticos o cualquier adminículo tecnológico, ilusorio o natural que refleje, preserve o perpetúe la imagen de un ser humano. Está prohibido por ley. Y la ley se cumple a rajatablas. Así los duelos se elaboran rápidos, se prescinden de nostalgias o melancolías, se dejan de hacer culto excesivo a seres extintos, se elimina toda posibilidad de erigir epopeyas, mitos o leyendas, se clausuran para siempre las genealogías y –por sobre todo- se evita el pulular de falsos profetas. El libro sagrado que guía nuestra religión tiene el siguiente acápite: «ojos que no ven, corazón que no siente». Para que esta ordenanza tuviera éxito, cegar a la población ayudó bastante.

 

DECÁLOGO

Valeria ama a los animales. En su casa, las especies más comunes juguetean libremente. Es así como el desayuno encuentra el mejor alpiste en las escaleras, trozos de carne en los rincones, leche y cereales en las piezas, baño y otras dependencias, sin contar el patio que se impregna de su fragor culinario.

El almuerzo es trabajado en base a las exigencias lógicas de cada especie: Valeria no descuida la salud de sus cachorros ni pretende crear conflictos proteicos en sus dietas.

Avanzada la tarde, elabora unos bocadillos que, al mejor estilo merienda, deja en cada una de las bocas de sus insaciables criaturas.

Cuando la oscuridad comienza a mostrarse sobre lo terrestre, la casa alberga resignada a sus cientos de inquilinos, mientras Valeria (con la tranquilidad de conciencia ante la tarea cumplida) se dedica por entera a sus hijos, ávidos del calor maternal que sólo experimentan al promediar la noche.

 

ACTO FINAL

Soy mago. El mejor de los magos. Nadie podrá igualarme. Superarme, jamás. Para demostrarlo, desaparezco en los puntos suspensivos de este cuento…

 

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Piero De Vicari (San Nicolás, Buenos Aires, Argentina, 1963)

Poeta, narrador, ensayista y gestor cultural. Profesor de historia y empleado judicial. Dirigió la Escuela Municipal de Lengua y Literatura «Andrés del Pozo», entre los años 1991 y 2001. Desde 1994 a la actualidad es co-director del Sello Editorial sin fines de lucro Yaguarón Ediciones. Curador del Festival Internacional de Poesía «San Nicolás de Los Arroyos» desde 1991 a 2018. Ha recibido numerosos reconocimientos y premios por su obra literaria, trayectoria y labor de difusión cultural. Editoriales de Argentina, México, Chile, Colombia y Ecuador han editado sus libros. Entre sus poemarios publicados, podemos mencionar: “Vicio de manos” (1999); “Palabra Lázaro “(2002); “Texturas posibles” (2010); Al temblor de la hoguera” (2011); “Todo pesa” (2014); “Pasaporte para náufragos” (2015) y Noé en su arca o rostros de todos los diluvios” (2019). En microficción, ha publicado “Simbiosis de la guillotina y otras microficciones” (El español de Shakespeare, Santiago de chile, 2017); “Ínfulas ínfimas/bazar de brevedades y otras minucias” (Macedonia, Morón, 2018) y “Muerte del filósofo chino y otros textos insomnes” (El taller Blanco ediciones, Bogotá, 2019).