Paul Klee |
LA TÚNICA
Al entrar en la penumbra de su habitación notó la temperatura gélida. Procedió como siempre a escoger la ropa de dormir. Entonces, sintió una mirada penetrante en la oscuridad. Al instante pasó un celaje y pudo distinguir claramente una túnica griega. Impávida prometió repasar el principio socrático «conócete a ti mismo». Se metió en la cama, apagó la luz y cerró los ojos sin temor.
EL OBJETO
Mercedes estaba jugando feliz en su cuarto cuando de repente se encuentra un objeto que acapara su atención. Entonces vio la belleza de su rostro reflejada en él. Estuvo largo rato contemplándose en aquella prodigiosa luna de vidrio hasta quedar hipnotizada. No conoce el tiempo transcurrido, pero percibe haber salido del trance o ensueño. Curiosamente, ahora no sabe cuál de las dos Mercedes ella es…
BUENA NUEVA
Le dieron la gran noticia. Le notificaban que su cuento había sido seleccionado. Era la señal que tanto había deseado su corazón. Y sus palabras fueron palomas blancas y sombreros al aire. Después sintió unas ganas intensas de dar vueltas de carnero y su rostro se volvió barco de velas.
MARIPOSA AMARILLA
Atribulada recordó la traición de Jorge y se sirvió una copa de espumoso. Una profunda tristeza anocheció en su corazón y en la mirada. Entonces abrió la doble puerta que da al patio hasta llegar a la pérgola, fijó sus ojos en una bella mariposa amarilla y en el camino de cemento que continuaba secándose. Entonces exclamó: —¡Ah! querido, aquí nadie te va a encontrar.
EN UN SANTIAMÉN
Los espectadores comentan las peripecias del juego, mientras el humo de los cigarrillos empieza a enturbiar la atmósfera del salón. En un pestañear se le ha grabado en el rostro la siniestra mueca de los que saben, que han perdido, que pueden morir molidos a palos en un santiamén. La muchedumbre nunca disculpa a los perdedores y más cuando hay, de por medio, grandes sumas de dinero…
LA OTRA ORILLA
Les notifico que ayer, a las 7:30 de la mañana, me mudé a la otra orilla. Supe acercarme a la vida lo mejor que pude, pero expiró mi licencia poética. Descubrí que la inmortalidad es una rosa abierta sobre una estrella. Y el destino perfecto. Eso dice la lápida del poeta anónimo enterrado hoy en el Cementerio Camino sin regreso.
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Sylvette Cabrera Nieves
Pertenece a la cosecha de otoño de 1958. Nació en San Juan, Puerto Rico. Es Psicóloga Escolar de profesión. Ha trabajado por las pasadas tres décadas en la división de Relaciones Públicas y Educación Continuada de entidades privadas y sin fines de lucro. Su amor por la literatura despuntó en los años de escuela secundaria cuando fue editora de la publicación “The Bee Bulletin” y su edición especial El Piñón. Escribe poesía, microrrelatos y relatos breves. Miembro del Pen Club Internacional de P.R., Colaboradora/Lectora en Azogues Espejos (México).
Publicaciones: Antología Literaria de INISA, (México, 2022) “Confesiones Gritos de Silencio”. Revista La Manzana Mordida (Lima, Perú-2022) Revista Literaria Voces y Letras, Guadalajara, México (2022), Mención de Honor en el Certamen “Mi vida en el Barrio” por su relato Liniers y el más acá, (Argentina, 2022), Ediciones Ita (Colombia, 2022), Antología de Amor, Desamor y Otros Romances”, Editorial Rubin (Argentina, 2023), en la Antología de cuentos: “El boricua es cosa seria” Ediciones En Serio (Puerto Rico, 2023), Revista La Manzana Mordida Edición 137, 2023. Matices de silencio (Lima, Perú 2023), Revista Literaria Ágora (España, 2023) y Antología Materiales Ficticios de Ediciones Claymore en Amazon (Chile, 2023), II Antología de Poetas por el Mundo Multicultural (Alicante- España, 2023).