MELANIE TAYLOR HERRERA: «SIETE HERMANAS»

 

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1.La Buena

Eran siete hermanas que vivían en una casa en la colina que la gente denominó la casa del mal. Las siete hermanas se dedicaban a una vida criminal y escandalosa. Asesinatos, robos armados, extorsión y fraude eran parte del menú semanal de aquellas mujeres. Su vida hogareña era violenta, con continuas peleas entre ellas, cambios de alianzas según el crimen y la ganancia. Las francachelas y orgías no faltaban, amantes compartidos y acribillados en un acceso de rabia o aburrimiento. La menor de las hermanas, llamada Bonaire, empezó a cuestionar el porqué de esta vida sin sentido y tan llena de sangre. Una voz en su cabeza le decía que debía terminar con todo, incluso si requiriese terminar con su propia vida. Una madrugada, sin mucha ceremonia, cuando todas dormían una borrachera, las despachó al otro mundo, con excepción de la hermana fea a quien no encontró en ninguna parte. Miró desesperada los cinco cuerpos y estaba a punto de colgarse de un árbol cuando la voz de su cabeza le dijo que se dirigiera al pueblo a terminar su purga, porque ahí también había gente mala, porque esa era su tarea, porque ella era la buena.

 

2.La mala

El forajido se dirigió al pueblo fantasma con su botín. El pueblo estaba totalmente a oscuras, en absoluto silencio. Sabía que los agentes de la ley no pisarían ese terreno por nada del mundo. Al final de la calle principal una mujer menuda de hermoso y pálido rostro esperaba. Paró su caballo junto a ella. Le dijo que lo llevaría a una casa donde podía comer y beber. La subió a su caballo. Ella le fue contando una historia de siete hermanas que solían vivir en esos lares, aterrorizando al pueblo, y que un día la menor mató a sus hermanas e hizo desaparecer al pueblo. Luego le contó que la hermana mayor era la más hermosa, con una piel como su nombre, Azucena. Una piel blanca como la porcelana, unos dulces ojos verdes y una voz muy melodiosa que ocultaba toda la crueldad de su corazón. El caballo paró frente una casona derruida. Azucena abrió la puerta de la casona que ahora resonaba con el ruido de risotadas, disparos y palabrotas. Lo miró expectante. Días después encontraron el caballo perdido en el bosque junto con el botín.

 

3.La fea

Desde que tuvo uso de razón, Gretel, había sido llamada mula, estúpida, idiota y fea. Sus seis hermanas se dedicaban a una vida de vicio y violencia y a ella le tocaba mantener la casona, lavar, cocinar, limpiar el vómito de las borracheras y la mierda del baño. Cuando notó que su hermana menor estaba perdiendo la razón empezó a dormir bajo la cama, lo que le salvó la vida aquella madrugada donde Bonaire despachó al resto e hizo desaparecer al pueblo entero. Logró huir, asentarse en otro pueblo y consiguió un marido bastante decente que la había hecho madre. Una tarde, mientras escuchaban a una cuentacuentos en la plaza, se apareció el hijo del herrero del pueblo aniquilado. El hombre la miraba intensamente como tratando de rescatar algo de su memoria. Entendió que aquí había que actuar con rapidez y esa misma noche lo ahogó con una almohada mientras dormía. Le sorprendió no sentir ningún remordimiento.  Se hizo la señal de la cruz y le pidió a Dios fuerza para utilizar estos métodos solo si era absolutamente necesario.

 

4.El juicio final

Llamaron el caso el juicio de Salomón. La hermana mayor, Azucena, hizo el rol del rey. Las gemelas se habían encariñado con un muchacho del pueblo algo simplón. El tal Simón nunca supo que había estado con ambas hermanas hasta el día del juicio, donde amarrado a una silla en medio de la sala de la casona, rodeado de un mujerío que chillaba, protestaba y vitoreaba le dio por mearse. Una de las gemelas le guiñaba el ojo derecho y la otra el izquierdo. Azucena decía que mejor partirlo por la mitad. Simón ahora entendía su suplicio: estaba nada más y nada menos que en la casa del mal, la casa de las siete criminales que atosigaban a su pueblo. Simón lloraba. En medio del griterío se oyó un disparo y la cabeza de Simón cayó sobre su pecho. En el silencio repentino todas buscaron el origen del cañonazo y todos los ojos se posaron en la Fea. “Yo hago la limpieza. Ya se meó, ya lloró, si lo parten habrá sangre y si no habrá mierda, no jodan”. La justicia había sido servida.

 

5.Chica

Era la más pequeña de tamaño más no la más joven. De las siete hermanas la más joven era Bonaire, ella era la que seguía a Azucena, la mayor. De todos los actos criminales el suyo era la estafa y la extorsión. Le dejaba el asesinato a Azucena, los homicidios sin sentido a las gemelas y el robo a Bonaire. La Fea era una sirvienta y a la Grande le gustaba el fuego. Lo de Chica era la carta incriminatoria, la venta del terreno con títulos falsos, pedir donativos para huérfanos inexistentes, soplar al oído correcto el veneno exacto para luego esperar el pago. Sus padres desaparecieron de sus vidas cuando eran muy pequeñas. O al menos eso creían. Chica nunca les contó que una vez los vio en otro pueblo. Los recordaba perfectamente. Parecían una pareja feliz y adinerada. Siete niñas. Hace siete años dejaron a siete niñas a su suerte y así esta sería su suerte. Chica le dio siete certeras puñaladas a la pareja, se quedó con la mirada perdida en el horizonte y marchó de vuelta a casa.

 

6.Grande

Su tamaño fácilmente sobrepasaba el de los hombres del pueblo. Pero para los del pueblo era la menos amenazadora de las siete hermanas. Siete hermanas dedicadas al crimen que vivían en una casona decrépita en las afueras del pueblo. A la Grande, cuando estaba de buenas, le gustaba bajar al pueblo a jugar con los niños, hacer pulsos con los hombres, ayudar al herrero, cargarle pesados tablones al carpintero y tomar toneladas de cerveza. Cuando estaba de malas, podía quemar el pueblo o algún pueblo aledaño. El día de la purga, cuando la hermana menor mató a las otras y aniquiló al pueblo, la Gorda, desangrándose, se arrastró por el camino para avisar a los del pueblo de la inminente desgracia. Donde murió floreció un hermoso arbusto de rojas flores que aún en la noche parecen brillar. Según la leyenda intenta advertir a los viajeros que no se detengan en esos parajes perdidos de la mano de Dios.

 

7. Siete Hermanas

En un pueblo en la sierra había una casa donde vivían siete hermanas sin padres quienes se convirtieron en criminales y aterrorizaron toda la región. No había poblado a la redonda donde no hubiesen escuchado de estas siete mujeres dedicadas a robar, ultrajar, asesinar, incendiar, estafar y golpear a quien les pareciese. La casa del mal era escena de borracheras, violentas muertes e inacabables peleas. La mayor era Azucena, blanca y hermosa como la flor; le seguía la Chica, estafadora con cara de niña inocente; luego venía la Gorda, de corazón de oro, pero con tendencias piromaníacas; las gemelas, indistinguibles una de otra, eran las más terroríficas y más erráticas asesinas de la provincia; la Fea había sido la sirvienta de la casa y la más joven era Bonaire, quien en un rapto mató a sus hermanas, destruyó el pueblo y acabó con su propia vida.  Soy una cuentacuentos de pelo blanco. En algún pueblo costero he visto a la Fea. Aquel día donde fui la muerte, una explosión me hizo volar por los aires, me deformó y quedé amnésica por años. El golpe me hizo otra. Me hizo un fantasma que va narrando lo que alguna vez fue.

 

Minificciones del libro Siete Hermanas de la Colección Ysacabuche, Editorial La Chifurnia, Honduras, 2023.

 

 

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Melanie Taylor Herrera (Panamá,1972). Artista panameña que se expresa a través de la música y la escritura. Como músico toca el violín (@melanietaylorpty) y como escritora ha obtenido diversos reconocimientos en los géneros de cuento y poesía. Para leer algo de su producción pueden ir a su blog Cuentos al Garete.

 


 

ALICIA ARCE ALGABA: «LA OSCURIDAD QUE NOS UNE»

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LA OSCURIDAD QUE NOS UNE


Como cada mañana, se incorporó del desvencijado camastro que en las noches velaba sus pesadillas.

Cada vez eran más feroces los sueños que asediaban su mente, instalándolo en una realidad fantasmagórica, de la cual le era casi imposible huir.

Se dirigió, aún tembloroso, a tomar algo de aire, pero le faltaba el aliento y a su alrededor todo se había tornado oscuro.
Intentó gritar, más no obtuvo respuesta.

Buscó infructuosamente una salida. El terror se apoderó de él.
Fue entonces cuando, a lo lejos, pudo oir las palabras de su madre: "fue un hijo maravilloso, siempre vivirá en nuestros corazones". 

 

 

TU MEJOR VERSIÓN


Te reinsertan en unos grandes almacenes, pretendiendo que esta nueva versión tuya, se parezca mínimamente a aquella que los niños pedían insistentemente a los Reyes durante la Navidad de 1984.

Intentan recrearte en un modelo actualizado y optimizado con funciones distintas y una voz infantil que surge de tus entrañas al presionar un botón. Atrás quedaron los días en los que la fantasía de los pequeños guionizaba tus movimientos.

Ahora sólo resta permanecer inmóvil entre estanterías esperando que alguien te lleve a casa o que llegue la próxima navidad... 

 

 

EL ÚLTIMO REFUGIO


Los ojos tristes de la pequeña prisionera, escudriñaban cada rincón desalmado del lúgubre cuartucho lleno de inmundicia. Esos ojos que antaño recorrieron plazas y campos de trigo, callejuelas asfaltadas, parques infantiles y cortijos, en busca de tesoros escondidos, hoy se apagan lentamente mientras un mínimo halo de vida los mantiene abiertos. Es únicamente en el mundo onírico, donde su alma halla parte de la libertad perdida. Allí vuelve a recordar los huertos, los pozos y su limonero favorito, donde dormitaba las tardes de agosto. Por unas horas, vuelve a ser una gata feliz ronroneando en el regazo de su dueña. 

 

 

CARRERA HACIA EL ABISMO 

 

Esa mañana, Andrés, viajaba con la seguridad de los que se saben vencedores antes de participar. Despertó mucho antes de que sonara su viejo reloj a pilas, regalo de su difunto abuelo, el cual conservaba con fervor. Se incorporó de un salto,apresurado y se embarcó en un viaje sin retorno. Debía verla en aquella carrera, con sus esbeltas piernas golpeando delicadamente el pavimento. Había reproducido la escena minuciosamente en su mente una y mil veces, imaginando que la alcanzaba a mitad del recorrido, en La Calle Mérida. Entonces, él fingía una sonrisa un tanto desmesurada y ella, al verlo, lo miraba con aquellos ojos castaños, que un día habían brillado intensamente por él. Sin embargo, Andrés había ganado. Al cruzar la meta, se lanzó al abismo que tanto lo había atormentado, para observarla una vez más, muy de cerca y cerrar el ciclo inconcluso de su existencia.

 

 

TINTA Y MEMORIA



El poema que él nunca terminó, quedó atrapado en la última hoja de su cuaderno. Era,en realidad, un poema de despedida de la mujer que más había amado desde el instante en que sus ojos vieron la luz:su madre. La tinta se diluía lentamente bajo la lluvia de aquel 18 de agosto. El agua y sus propias lágrimas deshicieron pausadamente lo escrito, en un intento de desdibujar su tristeza. El papel quedó esperando un último verso, que nunca llegó. Federico García Lorca fue silenciado por la guerra pero su voz quedó resonando en el eco de la eternidad. 

 

 

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Alicia Arce Algaba

 

Soy una apasionada de la narrativa breve y la poesía, me encanta inventar historias que capturen la complejidad del comportamiento humano. Desde muy pequeña, la escritura ha sido mi pasión, y siempre he encontrado en ella una forma de expresar mis pensamientos y emociones. Cuando no estoy escribiendo, me gusta leer, explorar nuevas ciudades y escuchar música. También soy cantante profesional, y la música es una gran fuente de inspiración para mi escritura. La psicología y la filosofía me apasionan, y de hecho, comencé a estudiar la carrera de psicología porque me fascina entender la mente humana y la forma en que nos relacionamos con el mundo. La escritura es mi forma de entender la vida  y conectarme con otras personas. He participado en algunos proyectos literarios, como el concurso de "Relatos en Cadena" de Cadena SER, y estoy trabajando en un poemario inédito y en nuevos proyectos de microrrelatos que espero ver publicados pronto.

 

 

 


 



LOURDES DÍAZ: «ABSENTA»

 

Edward Hopper

LA BOLA DE CRISTAL

 

A veces, la soledad entra en mi casa cuando tú estás. Me despierto temprano, cuando el sol está saliendo y, como en un cuadro de Hopper, me siento entre las sábanas dejando que los rayos de sol me llenen de luz; mientras tú duermes. Sentir la soledad a tu lado me gusta. Dice la wikipedia que la soledad es un estado de aislamiento en el cual el individuo se encuentra solo, sin acompañamiento de una persona. Pero no es así cuando estoy contigo. A tu lado me invaden las ganas de un recogimiento acompañado. Una soledad íntima y deseada. Y entonces, en medio de nuestro silencio, me entran unas ganas terribles de aprender el idioma de los ángeles, la lengua oculta del enoquiano, ahí en mi lámpara de la mesilla, que es muy redonda y parece una bola de cristal.

 

 

LAS FLORES

 

La señora Daisy se ha hecho mayor pero las flores las sigue comprando ella. A su edad, cuando ya parece que todo está hecho, el silencio es su nueva ocupación así que una de sus aficiones favoritas es sentarse a no esperar nada. Cada sábado a las cinco de la tarde con puntualidad de Big Ben recibe la llamada de su vecina Dorothy para tomar el té, y la señora Daisy cada sábado a las cinco de la tarde con paciencia cabalística le dice que lo siente mucho pero que tiene una cita con sus tulipanes frescos y el señor Hopper, que se esfuerza en leer sin lentes su libro sobre antiguos globos aerostáticos engalanado en su traje y botines para la ocasión, que todo libro merece un respeto. El aburrimiento de su vecina Dorothy hace que nunca desista en su llamada porque piensa que la señora Daisy se ha vuelto rara. Por eso, cada sábado lo intenta, para cotillear como una forma de supervivencia. Mientras, la señora Daisy vive el mundo en colores con elegante sencillez.

 

 

LA SEÑORITA FLANEUR

 

La viajera residente se sube al primer tren que llega y con su mirada prismática se sienta enfrente de la señorita Flaneur. La observa furtivamente porque sabe que no es una mujer recién salida de un cuadro de Hopper sino de la cama de su amante, un bibliotecario de provincias felizmente casado.
Por supuesto que la señorita Flaneur vuelve a la residencia de señoritas donde no hace otra cosa que pasearse por las bibliotecas de todas las redes comarcales y claro ya se sabe a dónde llevan los libros. Hay ciertos recuerdos que se gozan más que el hecho en sí por eso deduce que la señorita Flaneur ahora cierra los ojos para entregarse a un sueño todavía más placentero que el rato que acaba de pasar entre sábanas. Qué placer pensar que, después de una cariñosa dosis de láudano, ese bibliotecario insensato entenderá que se ha acabado para siempre. Está claro que a la señorita Flaneur no le gusta ser la segunda. La viajera residente sonríe y apunta en su libreta: hoy registro que otras vidas flotan en este tren. Después, cierra los ojos. 

 

 

UNA BUFANDA CASUAL

 

—Querido, que maté a un hombre es evidente. Aunque lo hice por casualidad. Como Meursault de Camus, el sol me cegó y pum. Disparo certero. A veces cuando voy conduciendo y una voz me dice que cierre los ojos mientras agarro el volante y entonces los cierro como por casualidad como para matarme por casualidad. La muerte preside mi vida. De manera obsesiva cada día pienso en ella. Y muchas veces pienso que moriré de la manera más ridícula. Subida a una moto con una bufanda kilométrica que se va enredando poco a poco en la rueda de atrás hasta dejarme sin aire. Tanta lucha para terminar mi vida con este epitafio: Se la llevó una bufanda casual. Sin embargo, este tipo de muerte tiene algo de glamuroso. ¿Sabes que una actriz de los años 50 la palmó así? Envuelta en un largo chal de seda… Ay, Edward, —suspira—¿Otra copa?

—Cariño, me encantaría pero me vas a tener que disculpar. Me temo que mañana saldré de viaje por un largo tiempo.

 

EL MOTEL Y LA PISCINA

 

Llegó la Semana Santa y la viajera residente sabiendo que de Santa lo que Santa Teresa, agarró su auto rectangular de enorme radio plateada en sonido mono para llegar aparatosamente al Inn & Suites visible en una de las carreteras secundarias de la vieja ruta 66, que estaba vacío por vacaciones. Visto que todo el personal, excepto uno, se fue a ver el verde del campo y el azul del mar, y previsto que ella ya estaba cansada de la redundancia de los planes perfectos, decidió entregarse de lleno al oxímoron y eligió asfalto y agua.

Su plan era previsible: del motel a la piscina y de la piscina al motel. Máximo ahorro de energía y al traste los tantos de miles de pasos diarios que todo el mundo dice hacer.

También se aseguró de que en la habitación tuviera al menos un fijo, Henry Miller o Jack Kerouac. Cualquiera o ambos. Para cambios de humor por tramos, más que suficiente. De todo el resto, se ocupaba el único miembro del personal que allí se quedó. En el Inn & Suites la contemplación estaba servida en bandeja de plástico. Es evidente que este año la viajera residente quisiera repetir.

 

ABSENTA

 

Cuando la señora Flannery entendió que había nacido para limpiar, ideó una técnica para pasar el resto de su vida limpiando: una cucharadita de absenta le daba la fuerza interior precisa para poner la casa patas arriba mientras nada se movía de su sitio. Un superpoder para mantener la armonía familiar que era solo suyo, su secreto. Mientras limpiaba, cantaba, siempre cantaba: limpiando espero, la muerte que más quiero. Un domingo de 1952, la señora Flannery se vistió por última vez su traje de rosas preferido. Duplicó su dosis de absenta, usó conmovida por última vez su aspiradora y en silencio se quedó con dos finalistas: Madame Bovary o Sylvia Plath. Optó por una muerte casera. El señor O´Connor, no la encontró hasta que necesitó su vermut del mediodía.

 

 

LA VIDA ESTÁ EN OTRO LUGAR

 

Situada en el andén, la viajera residente enfocó con sus prismáticos la ventana de un metro nocturno para ver en primer plano a Gigi Riff, a la que, como un tótem, toda la Residencia de Señoritas estaba buscando desde el día anterior. Gigi estaba muy aburrida del aburrimiento diario, así que cuando dio con la palabra contubernio leyendo una novela infame de manera furtiva, decidió escaparse y cohabitar la noche del viernes con un trompetista que le dijo ser Miles Davis. Después de eso, Gigi Riff cogió el metro sin destino y se pasó toda la noche sentada de parada en parada sintiéndose incapaz de bajarse de ese vagón que la había llevado a otra vida. Mientras la observaba con sus anteojos, la viajera residente no podía parar de pensar que a veces la vida está en otro lugar muy lejos de la tuya. Entonces supo que Gigi Riff, la descarriada, nunca volvería.

 

***

 

Lourdes Díaz

 

Nací en el norte de España, en Galicia, una tierra de brujas y niebla. Ahora vivo en Barcelona, una ciudad hermosa y ecléctica que tiene en común con Galicia, el mar.

Mi madre me regaló el vicio de la lectura y ahora de mayor sigo leyendo. Estudié Filología inglesa, fui editora y después fundé la Agencia Literaria Rolling Words. Creo en la cultura como estilo de vida y sin libros me parece que la vida sería un error.

Ig: @rollingwordsld 

 


 

ΧΙΙΙ CONGRESO INTERNACIONAL DE MINIFICCIÓN/ TESALÓNICA, GRECIA 2026


 

ΧΙΙΙ  CONGRESO INTERNACIONAL DE MINIFICCIÓN

Μinificción e intertextualidad

Tesalónica, del 7 al 9 de octubre de 2026

En particular, el XIII Congreso de Minificción examinará diferentes aspectos, temas, técnicas, características, etc., de este género, dando especial énfasis al fenómeno de la intertextualidad en el discurso literario. Se insta a que las propuestas pertinentes se coordinen con uno o varios de los siguientes ejes temáticos que cubren puntos críticos de encuentro entre la minificción y la intertextualidad, sin por supuesto agotarlos.

  1. Perspectivas históricas sobre el estudio de la relación entre minificción e intertextualidad.

  2. La minificción como enfoque interdisciplinar, estudio e interpretación. Tendencias y perspectivas actuales.

  3. Minificción en el filo de diferentes géneros: entre la poesía y la prosa.

  4. Enfoques nacionales, transnacionales, comparativos, sincrónicos y diacrónicos de la minificción.

  5. Los estudios interartísticos e intermediales en programas de escrituras, interpretación y uso de la minificción.

  6. La intertextualidad a la luz de las tecnologías digitales para la escritura, la lectura y el estudio de la minificción.

  7. Minificción y producción contemporánea: ¿de la intertextualidad al hipertexto? El futuro de la minificción.

 

 

 

PROPUESTA DE PARTICIPACIÓN

 

Ι. Título de la propuesta y eje(s)  temático/os

 

II. Resumen de la propuesta (hasta 300 palabras)

 

III. Bibliografía

 

IV. Lengua de trabajo

A.  Español

B. Inglés

 

V. Presentación

A. In situ  

B. Por vía telemática

 

VI. Datos personales y de contacto

Nombre y apellido(s):

Institución:

Fecha de nacimiento:

Dirección postal:

Correo electrónico:

Teléfono:

Ciudad/País:

 

VII. Perfil biográfico y profesional (hasta 100 palabras):

 

 

* Las personas interesadas deben enviar su propuesta antes del 31 de diciembre de 2025 a la dirección de correo electrónico del congreso 13microfiction@gmail.com
 
MÁS INFORMACIÓN, AQUÍ.

SERGIO BORAO LLOP:«MOEBIANA»

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EN DÍAS COMO HOY

 

En días como hoy, la verdadera dificultad estriba en levantarse de la cama.

Desayunar, ducharse, fumar un último cigarillo, recibir la visita de un cura desconocido, dejarse conducir mansamente hasta el patíbulo, apenas son protocolos insignificantes.

 

MOEBIANA*

 

Para verificar que venía siguiéndome, ensayé itinerarios imposibles. Así, ejecutamos con precisión idénticos vaivenes, idénticas elipses, recortes y tirabuzones. Recorrimos extraños vericuetos, laberintos y desiertos. Inventamos rutas, estaciones y nombres de ciudades.

Como era previsible, nos perdimos; y lo que es peor: Después de tantas vueltas inútiles, ya ni siquiera sabemos quién es el perseguido y quién el perseguidor, ni qué motivó esta situación, ni adónde nos dirigimos.

 

*Moebiana. De Moebius. La banda o anillo de Moebius es una superficie de un sólo lado, donde envés y revés son la misma cosa.

 

ESCRITO EN LA ARENA

 

Un poeta está en una isla desierta, sentado junto a unas rocas. Sabe que jamás saldrá de allí. Que nunca volverá a tener contacto con ser humano alguno. Quisiera llorar. Quisiera escribir, pero carece de papel o lápiz.

Entonces gira la cabeza hacia su izquierda. Ve, en el suelo, algunas ramas caídas, en el límite de la zona boscosa. Se incorpora, toma una de ellas, en apariencia bastante sólida, y camina hasta la arena.

Mira el mar, que le devuelve un destello y un rumor de olas. Como un mensaje de comprensión y fatalidad. El poeta sonríe, apenas una mueca de resignación. Sabiendo que la marea lo borrará todo en unas pocas horas, empuña la rama y comienza a redactar una palabra.

 

ANTES DEL FIN

 

Cuando subía por última vez la cuesta en dirección al Puente de Piedra, me abordó una jovencita. Explicó que su moto la había dejado tirada y necesitaba un euro para gasolina. Conté lo que llevaba en mis bolsillos: Dos euros y algunos céntimos. Se lo di todo. Ella protestó. Yo insistí. Finalmente aceptó y se fue cuesta abajo, balanceando un pequeño bidón de plástico y canturreando algo que no supe identificar. La miré mientras se alejaba. Un par de veces se volvió, agitando la mano libre en señal de despedida. Parecía feliz. Su horizonte era el lugar donde su moto la pudiese llevar con ese euro de gasolina. Sentí que el escenario había cambiado, que ya no podía hacer aquello para lo que había venido hasta el río. Que no tenía derecho mientras esa mujer siguiese caminando por el mundo con su bidoncito para gasolina y esa tonta canción germinando obstinada entre sus labios.

 

PENÉLOPE ILUSTRADA

 

Una mujer está leyendo un libro. Desde el primer momento, las imágenes, los nombres, los sucesos allí narrados le resultan familiares.

Gradualmente va percibiendo que ese libro contiene la historia de su vida.

Comprende también que, cuando llegue a la última página, morirá.

Tal vez por eso, cada noche, cuando ya está dormida, su mano sale de la cama, tantea con cuidado la superficie de la mesilla, coge el libro y, sin que nadie lo advierta, cambia de lugar el marcapáginas.

 

PAISAJE

 

Era ya la cuarta o quinta vez que le veía ahí sentado, bajo la primera arcada del Puente de Piedra, contemplando el río o tal vez las torres del otro lado. Una hora más tarde volví a pasar y ahí seguía, en la misma postura.

Así que me acerco y le digo:

—¿Qué hace?

Él me mira sin amabilidad. Tarda, pero al fin responde:

—Estoy pintando un cuadro.

—¿Del río? –pregunto- ¿De la Basílica?

—No —dice después de un rato. —Yo, soy el cuadro.

 

AJEDREZ O REY

 

La casa está en lo alto de una escalera de piedra.

La vieja escalera baja hasta una calle estrecha.

La calle desemboca en una plaza habitada por breves y coloridos jardines, farolas y palomas.

En la plaza nace una avenida.

La avenida conduce al parque.

En el parque hay niños que juegan, perros corriendo, ancianos leyendo la prensa, madres agobiadas, mendigos, desocupados, algunos jóvenes que han faltado a clase, uno o dos guardias y, en el centro de todo, dos hombres muy serios que disputan una partida de ajedrez.

Diríase que mientras ellos meditan, el tiempo se detiene. Diríase que cada movimiento produce consecuencias de alcance insospechable. Tanto es así, que el simple eco que nace del avance de un peón blanco (la mano del jugador lo está empujando hacia la siguiente casilla) puede ser el envés de la corneta homicida que en ese mismo momento, en otro lugar, desata un frenesí de fuego y horror que se va extendiendo por la altiplanicie hasta llegar a la remota aldea donde un durmiente anónimo sueña una casa en lo alto de una escalera de piedra.

 

***

Sergio Borao Llop

Narrador y poeta. Nacido en Mallén (Zaragoza, España) en 1960.

Miembro de Poetas del Mundo, del directorio REMES, del movimiento internacional Los Puños de la Paloma y del Club de Cronopios.

Colaborador habitual o esporádico en varias revistas y boletines electrónicos (Inventiva social, Isla Negra, Gaceta Virtual, Con voz propia...). Presente en diversas webs de contenido literario (Letralia, EOM, Almiar Margen Cero, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes...) así como en algunos programas radiofónicos.

Fue finalista en los certámenes de poesía y relatos Ciudad de Zaragoza (1990) y durante un tiempo administró el blog Al_Andar, homenaje a las voces clásicas y muestra de algunas de las voces de hoy.

Página web.

Obra publicada: EL ALBA SIN ESPEJOS (relatos) (Literatúrame, 2013);LA MANO EN LA PALABRA (selección y prólogo) (MediaIsla, 2015);DESDE LAS PROFUNDIDADES (prólogo) (Black Diamond Ed. 2013).

 


 

ÁNGEL OLGOSO: «ASTERISMOS DE LA CONSTELACIÓN DE LA OSA MAYOR»

 

Sidney Hall

 

A Lilian Haydée Cheruse

 

 

Uno está hecho a lo suyo, decía García Pavón, y no hay manera más dulce de irse yendo que sobre el carro de la rutina. Sin embargo, en mi opinión, las profundidades de la familiaridad suelen ser confortables pero sofocantes, y podemos aliviar la espera con algunas ampolletas de sorpresas, con pequeños viales conteniendo la mixtura de lo extravagante, con los someros esplendores de lo feérico, de lo ignoto, con la vegetación suave de lo erudito. En nuestras desdichadas o mezquinas vidas, en nuestros destinos banales o crueles, nos puede aguardar por doquier -si no la salvación- al menos el consuelo en forma de belleza, de arte imaginativo, de compasión, pero también con los ropajes del despropósito, de la noticia curiosa, en el contacto con lo que no acertamos a ver o con lo que no existe. Además, todos tenemos acceso cada noche al Otro Mundo mediante los sueños, visitados regularmente por sus obsequiosas visiones o por sus desatinos, omnipotentes a la vez que indefensos como un sultán en un serrallo, como sir Thomas Browne elaborando el inventario fantástico de su Biblioteca Abscondita, como Ford recopilando creencias y hechos insólitos a lo largo del mundo, como Lafcadio Hearn pronunciando su exaltado credo: "Hago voto de entregarme a lo Extraordinario, lo Excéntrico, lo Extraño, lo Exótico, lo Monstruoso".

Agruparé aquí una pequeña muestra de estos caprichos, de estos apólogos de enseñanza incierta en coordenadas informales, al modo de esas estrellas menores que se conectan mentalmente a líneas, a patrones, a figuras astronómicas de vida efímera.

 

 

ALIOTH

 

La cantiga 103 de Alfonso el Sabio cuenta la historia de un monje que ruega a Nuestra Señora para que le permita probar, en vida, las delicias del paraíso. Una tarde, paseando por el jardín del monasterio, ve una fuente de agua cristalina y oye el canto de un pajarillo que le deleita. Al retornar al monasterio, creyendo que era la hora de la cena, se encuentra todo cambiado; le dicen que han transcurrido trescientos años desde su paseo.

 

DUBHE

 

El 18 de enero de 1949, un americano, James T. Mangan, registró una escritura con el notario de Cook County en Irlanda y, acogiéndose a la autoridad del procurador estatal, reivindicó la posesión del espacio en su totalidad. Después de dar a tan vasto territorio el nombre de Celestia, Mangan notificó su reivindicación a todos los países de la Tierra, les previno para que no intentaran hacer ningún viaje a la Luna y pidió a las Naciones Unidas su inclusión como miembro.

 

ALKAID

 

En la costa norte de Europa se cuenta la historia del joven que ve una manada de focas nadando hacia una playa desierta bajo la luna llena. Las focas se despojan de su piel para mostrarse como hermosas jóvenes que danzan desnudas en la arena. El joven roba una de las pieles, lo que impide que su propietaria vuelva a tomar forma de foca. Se casa con ella y tienen un hijo. Pero ella busca sin cesar la piel que ha escondido su marido. Un día caluroso, su hijo humano le dice: "Oh, madre, esta cosa hermosa que he encontrado en el viejo arcón de la cebada es más suave a mi tacto que la niebla". Rápidamente, la mujer foca se pone la piel con destreza, se dirige a la playa y, decidida, con un chapuzón, se aleja cantando melodiosamente su alegría marina por las frías aguas del océano.

 

MEGREZ

 

En un antiguo icono cananeo, aparece un rey eyaculando sobre la tierra bajo una palmera sagrada (Tamar). En las pinturas de las cuevas de Domboshawa (Rodesia del Sur) también un rey astado vierte su semilla para estimular la fertilidad del mundo, mientras una sacerdotisa que yace próxima a él imita su estertor.

 

MERAK

 

Borges habla a Bioy de un capítulo que Cervantes cuidadosamente evitó: Quijote se pasa la vida peleando, pero no mata a un hombre. ¿Qué pasaría si matara a alguien? ¿Enloquecería del todo o se curaría de la locura? ¿O entendería que su locura fue simulada? Sancho se entusiasmaría; le diría que ha matado a un caballero de nombre impresionante; Quijote, con tristeza, le replicaría que no, que mató a su vecino fulano de tal, hijo de tal y casado con tal; y que haberlo matado es horrible. No habría que escribir ese capítulo con afectación arcaica -diz que, etc.-; a Cervantes no le interesaban esas cosas; habría que escribirlo lisamente.

 

MIZAR

 

El paisaje de Lárnaca le evoca a uno la "geometrización" del Dios de Platón: colinas bajas, conos casi perfectos, de cima aplanada, que sugieren los objetos euclidianos que se encuentran en los estadios del arte. ¿Erosión eólica? Pero el grupo de montículos geométricos parece hecho a mano. Y los valles alfombrados de ovejas de gruesa cola, de verdes sembradíos y, aquí y allá, una procesión de camellos y una palmera. Una extraña mezcla de sabores: la Biblia, Anatolia y Grecia.

 

PHAD

 

Roberto Calasso recuerda una estrambótica conversación entre Baudelaire y el pintor Méryon, al que Baudelaire deseaba proponerle una publicación que los asociase en palabras e imágenes, pues veía en Méryon cierta afinidad, la de vivir en un territorio inaccesible, lejos de la sensatez. Méryon pregunta a Baudelaire si conoce a Poe. Baudelaire le dice que lo conoce "mejor que nadie". Méryon prosigue, impertérrito. Pregunta a Baudelaire si cree que "ese Edgar Poe existe de verdad". Baudelaire pregunta, estupefacto, a quién si no "atribuía todos sus cuentos". Méryon: "A una sociedad de literatos muy hábiles, muy poderosos y al corriente de todo". Después sigue argumentando, según sus criterios inescrutables.

 

ALCOR

 

Los recogedores de fresa de Terranova eran a menudo extraviados por la Buena Gente, para ser descubiertos más tarde desaliñados, magullados y con amnesia. Sólo al cabo de cierto tiempo empezaban a recordar lo que sucedió: la música sobrenatural que los atrajo, la danza a la que fueron arrastrados. Otros vuelven después de años de ausencia, apenas reconocibles o terriblemente envejecidos.

 

TALITHA BOREALIS

 

Anuncio del doctor Van Butchell publicado en el St. James's Chronicle: "Van Butchell, que no desea estar sometido a circunstancias desagradables y sí convencer a algunas buenas personas de que han sido mal informadas, hace saber a los curiosos que ningún desconocido puede ver a su esposa embalsamada a menos que se la presente él mismo (a través de un amigo personal) todos los días entre las nueve y la una del mediodía, excepto los domingos".

 

TALITHA AUSTRALIS

 

El demonio Titivillus -patrón de los escribas- inducía a los cajistas a cometer errores durante la composición de los textos que iban a ser impresos. Un demonio que recordaba y que vigilaba a los que incurrían en mala pronunciación, omitían sílabas y palabras enteras o arrastraban yerros en la copia de un manuscrito a otro. Los libros con erratas eran introducidos en el cesto que llevaba a la espalda y todas las noches anotaba los nombres de los cajistas e impresores de la edición para reclamarles en el Juicio Final los descuidos cometidos.

 

AL KAPHRAH

 

Los Ermitaños Decorativos se presentaban tras leer un anuncio en el periódico ofreciendo un salario vitalicio de 50 libras al año a cualquier hombre que viviera siete años bajo tierra, sin ver a ningún ser humano y sin cortarse el pelo la barba y las uñas de pies y manos, con aposento subterráneo muy cómodo, baño de agua fría, órgano de cámara, tantos libros como deseara y víveres procedentes de la misma mesa del caballero benefactor.

    

MUSCIDA

 

El cuento Blagdaross de lord Dunsany es una historia alegre sobre la melancolía de los objetos que fueron útiles. En un final de esperanza y resurrección, unos niños devuelven la ilusión a un viejo caballito de madera, que exclama: "¡Aún soy Blagdaross!". Ser Blagdaross equivale a ser Bucéfalo y Rocinante, a ser cabalgado por Alejandro, por San Jorge y por Orlando. Porque mientras haya niños, mientras haya hombres, habrá sueños, y aunque en nada queden, nada puede quitarles el placer de haber soñado.

 

ALULA

 

Álvaro Cunqueiro consigna que solamente las "aguas de la luna" de Taliesin y el zumo de los melocotones de oro de los chinos permiten a los drogados soñar en color.

 

TANIA BOREALIS

    

La madrugada del 15 de abril de 1912, el Titanic se hundió por culpa del sobrepeso de los viajeros del tiempo que se habían trasladado allí para asistir al naufragio.

 

TANIA AUSTRALIS

 

Uno de los estilizados monstruos que Juan Rodolfo Wilcock describió en su muestrario de seres asombrosos: Anastomos está todo hecho de espejos, más pequeños en el rostro, más anchos en la espalda y en el pecho. También los ojos son espejos, gruesos espejitos móviles y azules en los cuales nos vemos reflejados sobre un fondo turquesa como en un cielo feliz, como en aguas irresistibles. A la luz del sol, en la playa, es una aparición tan deslumbrante que la gente se queda con la boca abierta y no se atreve a acercarse, dominada por una mezcla de terror y de fascinación como frente a algo sagrado e intocable; sólo los niños corren tras él. Cuando después entra en el mar, en medio de las olas espumosas, es tal el reverbero recíproco de destellos irisados de los espejos a las gotas y de las gotas a los espejos que es como ver a una divinidad primordial de forma humana surgir del agua y del fuego al mismo tiempo. Y quizá sea una divinidad, porque no está concedido a los hombres ser tan bellos. En sus espejos vemos reflejadas aquellas cosas que verdaderamente, sin hipocresía, amamos; no las cosas humanas, tan abrumadas por la caducidad y por el cambio, sino los árboles y las nubes, los pájaros y las flores, las cascadas y las islas, los astros y las llamas, todo lo que en nuestra mortalidad sentimos como eterno, y que no amaríamos si no lo sintiésemos, oscuramente, intocable. Con su piel de espejos, Anastomos es para nosotros la geometría, y por ende la música.

 

LALANDE

 

La erección permanente puede conseguirse -según Hemingway- golpeándose en un accidente la duodécima vértebra.

 

CHALAWAN

 

Cuando el conde Sternberg, un noble austríaco viejo e ingenuo, estaba en su lecho de muerte, el capellán le instó a confesarse. El conde, tras devanarse los sesos durante un rato, dijo que no recordaba nada digno de confesión. "Vamos, algunos pecados habréis cometido en vuestra vida". Tras una larga pausa, perplejo, el conde dijo: "He abatido unas cuantas liebres", y expiró.

 

SIDUS LUDOVICIANA

 

En las mismas páginas en las que Lichtenberg anota que en la ciudad de Brunschwig alguien pagó una fuerte suma, en una subasta pública, por una peluca confeccionada con los cabellos íntimos de una joven, se pregunta también qué es el hombre dormido: un verdadero vegetal; parece necesario que la obra maestra de la creación, se convierta todas las noches en una planta para funcionar como obra maestra de la creación durante el día. La historia sólo incluye testimonios de hombres despiertos. ¿Acaso son menos importantes los relatos de los dormidos? Toda nuestra historia se limita a la historia del hombre en estado de vigilia. A nadie se le ha ocurrido todavía la posible historia del hombre dormido.

 

POLARIS

 

Claramente, siempre he sido de los que prefieren un sabroso toque de delicioso asombro a la insipidez de una explicación racional, de los que gustan bordar portentos o desvaríos sobre la trama mediocre de la vida ordinaria, de los que se deleitarían ante aquella mandíbula de lucio que al parecer contiene una descripción completa de la Batracomiomaquia, la batalla homérica entre ranas y ratones. No es preciso recurrir a los estados de conciencia, ni a una labor interdisciplinaria de la psicología, la antropología o la neurofisiología: nadie recela de que contar historias sea sanador para el alma; de la imaginación como cartografía, como modo primigenio que tiene el hombre de entender el mundo, de sentir la evanescencia de lo real a pesar de sus sólidos contornos; de que la inclinación por las imposibilidades, de que el deleite por lo estrafalario, por lo peregrino, por lo ocioso, por la ensoñación en suma -con su caos liberador, su vuelo liviano y titilante a través del espacio y el tiempo- son una pulsión atávica, un placer innato e irrenunciable para nosotros, descendientes de los misteriosos Néfilim del Génesis, de los gigantes anteriores al Diluvio llegados de otro mundo y que "se unieron a las hijas de los hombres".

 

El capítulo “Asterismos de la constelación de la Osa Mayor”, pertenece al libro Madera de deriva, de Ángel Olgoso (Libros del Innombrable, España, 2025).

 


 

 

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Ángel Olgoso (Granada, 1961) es uno de los autores de referencia del relato breve y fantástico en español. Ha obtenido más de treinta de premios, entre los que destaca el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Relatos suyos se han incluido en más de una docena de antologías del género. Ha sido traducido al inglés y al alemán.

 

 

Fuente: Páginas de espuma.